Alejandro Sánchez era un arqueólogo que trabajaba en cincuenta mil solares de excavaciones. Su trabajo más reciente era una excavación pesada y sin un descubrimiento por siete meses. La tumba no tenía ninguna araña ni mancha de polvo. Pero durante el primer día del octavo mes, el encontró una joya verde y cuadrada. Cuando Alejandro la recogío, oyó una voz de una mujer pero no podía ver el orador del mensaje. La voz insistió en que Alejando debiera dejar la joya pero él no escuchaba. Alejandro decidió que la joya era demasiada bonita por un museo y que quería darla a su esposa. El puso la joya en su bolsillo y fue a su casa. El hombre dudaba que alguien descubriera que tenía una joya del solar pero después de una noche sin sueño, un fantasma de una mujer apareció.
"Robas mi tumba. Y sufrirás por su naturaleza cruel," dijó el fantasma.
"¿Sufriré? ¡Qué ridículo!"
"No es una broma. La joya tiene un maldición. Alquien que la tiene morirá a menos de que esté en un museo."
"La maldición no me parece lógica."
"A los fantasmas les gustan los museos; son cómicos y falsos. No hace preguntas." El decidió que no podía escuchar más las bromas de la fantasma. Cuando el empezó a caminar a un museo cerca de su casa, otros arqueólogos de excavación de la ciudad se escondían con un proyector detrás de un arbusto grande.
4 comentarios:
Muy bien, SaraEmilia. ¡Me gusta tu blog! Gracias por poner un enlace a Namasté en tu lista de blogs.
Sra. W,
¡Su microcuento es fantástico! Espero que tus otros "mensajes eclécticos" sean buenos también. Eres muy creativo.
SaraEmilia, tu blog es asombrosa y muy bonita. Yo encanto tu fotografía.
Su microcuento es muy único y creativo. Me gustan tus ideas. La idea sobre el fantasma es muy fascinante. ¡Excelente!
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